Teníamos idea de pasar el día en un lugar tranquilo. Que la jornada de la mañana transcurriera con una parte de navegación y otra de reposo y baño. Así que después de desayunar y ordenar el barco, levamos anclas y nos despedimos de Kioni acompañados del buen recuerdo que nos dejaba. Afuera nos esperaba el un mar lleno de sol y con una ligera bruma matinal.
Antes, no obstante, había que hacer un trámite. Ya estábamos en la mitad del viaje y nuestro barco, que tan diligéntemente se comportaba exigía su ración de combustible. Por ello nos dirigimos hacia el sur en busca de la única gasolinera que había en estos contornos y que estaba en el puerto de la ciudad de Ítaca (en algunos mapas y cartas más antiguas la encontrarás como Vathí).
Ítaca
No paramos en Ítaca más que para buscar gas oil, pero nos sorprendió muy gratamente este lugar en el que sin embargo no estuvimos más que unos minutos. La entrada en este puerto es larga. Se penetra en una bahía amplia y luego a babor, viniendo del mar, se abre un pequeño corredor que al final se ensancha. Es ahí donde se encuentra Ítaca, y se identifica fácilmente por que al fondo se ven las casas y muchos barcos fondeados en medio de una gran ensenada. Quizá este sitio hubiera merecido una visita más prolongada, pero no puede ser todo para el poco tiempo que disponíamos, así que para otra vez.Gasolinera en Ítaca |
Y ya, con el depósito lleno en previsión de que esa jornada sería de las más largas en millas, desamarramos y volvimos al mar, en busca de uno de las calas que más nos habían recomendado, Pera Pigadi.
Islas Jónicas, tierra sísmica.
El Jónico: tierra sísmica |
Aparte de la herencia en forma de hormigón y casas de metal laminado que dejó el terremoto del 53, vimos en este tramo del viaje algo que nos llamó la atención y que había un tramo de costa donde una buena porción de isla se había hundido y aparecía a distinto nivel que el resto del terreno. Sin duda un recordatorio de la fuerza de los terremotos que hay de tarde en tarde por la zona.
Pera Pigadi
No sería muy tarde cuando llegamos a este fondeadero situado al sureste de Ítaca. Hay que estar atento a la costa pues a diferencia de las poblaciones que en Ítaca están situadas al fondo de profundas bahías, Pera Pigadi no penetra mucho en la isla, aunque si lo suficiente para proporcionar cierto abrigo y un fondeo tranquilo. Cerca de la costa hay un pequeño islote bastante plano, con fama de contener ratas que han quedado aisladas en él. No lo comprobamos y el islote se aprecia claramente cuando se está al sur del mismo, pues desde el mar cuesta bastante distinguirlo de la costa.Pera Pigadi. Sudeste de Ítaca |
Encontramos un sitio excelente donde echar el ancla, cerca de una pequeña playita que estaba al pie de un barranco que ascendía más o menos escarpado hacía arriba. Aparentemente Pera Pigadi no tiene nada de especial, y sin embargo al poco te das cuenta de que es un gran sitio. Parecía que el barco estaba fondeado en una piscina, con un agua azul turquesa y transparente donde el fondo se ve con toda claridad. El silencio, el sol, el mar, todo auguraba una mañana de descanso perfecta como así fue.
La costa permanecía desierta hasta que fueron apareciendo unos pocos bañistas que venían andando por senderos que comunican la cala con el pueblo de Ítaca a unos 40 minutos andando. Luego, al comenzar la tarde una pequeña golondrina que venía del norte recogió a los bañistas y se los llevó a Ítaca.
¿Y que hay de la Odisea, de Ulises y de Telémaco? Estábamos en su tierra, en la isla que se proclama tierra del héroe que luchó en Troya y que dio origen a uno de las obras señeras de la humanidad. Sorprende la humildad de la isla que se queda pequeña si la comparamos con la importancia del mito. Pobre, semidesierta y desolada parece poco merecedora de la fama que tiene. Pera Pigadi es uno de los lugares que se suponen que aparecen en la Odisea. Al parecer era aquí en Pera Pigadi donde el porquero Emaeus, la primera persona con la que Ulises se encontró a su vuelta a Ítaca después de su largo periplo, guardaba su rebaño de cerdos. No lo sabemos a ciencia cierta, y muchos lugares se disputan la geografía del mito, pero la verdad que el sitio vale la pena.
Rumbo a Fiscardo
Ya después de comer y con pena de dejar Pera Pigadi, nos disponíamos a volver al mar y ponernos en camino hacia Fiscardo. Teníamos opiniones encontradas sobre si visitar o no Fiscardo, pues es uno de los puntos más turísticos y "comerciales" de estas islas, lo cual garantizaba encontrar mucha gente, puerto lleno, y turismo a raudales. Fiscardo era la única población del contorno que resistió el terremoto del 53 y fue donde Onassis quiso instalarse antes de decidirse a comprar Skorpios. Al final decidimos ir a verlo por lo que esa tarde nos tocaba rodear Ítaca por la parte que da al estrecho de Cefalónia y un buen trecho de navegación así que teníamos que aprovechar la ventaja que nos daba el Pterelaos y su velocidad para llegar con tiempo y encontrar atraque.El estrecho de Cefalonia |
Fiscardo
Amarre en Fiscardo |
Una vivienda por todo el pueblo
A pesar del enorme tráfico de yates que hay por Grecia, no es un país donde abunden las marinas. En esta zona del Jónico la más señalada es la de de Lefkada y lo demás son pequeños puertos tradicionales que se ponen hasta más allá de los topes todas las tardes. ¿Significa esto que hay carencia de servicios? Nada de eso. Donde hay una necesidad suele aparecer una oferta que la cubra y el ingenio de la gente de estos pueblos da para mucho.En muchos puertos, y Fiscardo no es una excepción, los dueños de los locales han habilitado parte de los mismos como improvisadas duchas por cuyo servicio cobran una pequeña cantidad. Así mismo es frecuente encontrarte en carteles teléfonos móviles a los que puedes llamar en caso de necesitar agua, también a cambio de una cantidad. Lo mismo pasa con el diesel, que se sirve en pequeños camiones cisterna.
La verdad que lo de las duchas se agradece. Poder disponer de una ducha amplia siempre es un placer y de paso se evita que las aguas del puerto se llenen de espuma y que permanezcan limpias. en Fiscardo hay carteles anunciando "Hot Shower" por todas partes.
En busca de una ducha caliente |
Anochecer en Fiscardo
Fiscardo, a diferencia de los otros pueblos que visitamos es uno de los centros turísticos más importantes de la zona. Está lleno de tiendas y restaurantes, y aunque abundan las tiendas de recuerdos Made In China, tiene también comercios interesantes. Encontramos una tienda de comida Gourmet donde podías encontrar productos de Cefalonia, tiendas de ropa más exclusivas de lo normal en un pueblo de playa, y terrazas para sentarse a tomar una cerveza decoradas con gusto. Además cuenta con cajero automático, algo que puede ser útil pues no abundan precisamente. Todo ello tiene su contrapartida en el precio. Todo es más caro de lo habitual y quizá puedas encontrar más variedad a mejor precio en Lefkada, mucho más grande que Fiscardo.Cefalonia. Taverna |
Escaparate mediterráneo. Cefalonia |
Después de ver Fiscardo, y a pesar de las advertencias de que es un lugar muy turístico, no nos arrepentimos de haber recalado allí. Vale la pena y lo recomiendo, aunque encontrarás además de un pueblo de postal con encanto, bullicio, precios caros y un puerto a reventar. (No lo olvides, si quieres coger sitio no llegues tarde a un puerto en Grecia)